A través de la Dirección de Tecnología y Formación de nuestra entidad se está brindando apoyo al desarrollo de soluciones para los problemas ambientales. En este caso, acompañamos a la Asociación Ingeniería sin Fronteras, que se encuentra trabajando en la localidad santiagueña de Colonia Dora.

Colonia Dora, ubicada a 168 km de Santiago del Estero, cuenta con una población de aproximadamente 7000 habitantes, de los cuales unos 3000 se encuentran viviendo en diferentes parajes rurales aislados. La zona tiene temperaturas que oscilan entre los -10C hasta los 50C y fuertes épocas de lluvias. El río Salado, que atraviesa la zona, suele desbordar inundando los esteros. El problema principal Santiago del Estero es una de las provincias con más presencia de Arsénico en las napas. El Hidroarsenicismo es una enfermedad ambiental crónica cuya etiología está asociada al consumo de aguas contaminadas con sales de arsénico y que en algunas regiones del mundo es de carácter endémico; provoca alteraciones cardíacas, vasculares y neurológicas, repercusiones en el aparato respiratorio y lesiones hepáticas, renales y cutáneas que avanzan progresivamente hasta el cáncer. La logística para entregar día a día agua potable es compleja, trabajosa y costosa. El destilador En el CIDIDI (Centro de Investigación, Desarrollo, Innovación y Diseño en Ingeniería), estudiantes avanzados de la Facultad de Ingeniería de la UBA, retomando la problemática del acceso al agua han desarrollado un destilador solar que podría cubrir parte del consumo de una familia. El equipo funciona efecto invernadero produce la evaporación del agua que se encuentra en la batea superior, las gotas se nuclean y luego escurren por el vidrio de la cúpula siendo recogidas por una canaleta interior que colecta el agua limpia. Luego el agua pura circula por una tubería pasando por una canaleta de dióxido de titanio que, en presencia de rayos UV, tiene un efecto catalizador bactericida llegando finalmente al receptáculo de agua limpia. El resultado: agua destilada y desbacterizada. El equipo sólo precisa energía solar para funcionar. La implementación del equipo ADIMRA ha apoyado fuertemente al CIDIDI para construir y hacer llegar este equipo a la escuela rural de Bracho Luján, en un paraje donde asisten aproximadamente 40 alumnos con edades que van desde los 6 a los 17 años. Las tareas de mantenimiento del equipo están a cargo de los chicos de la escuela, quienes se dividieron en distintos equipos de trabajo y han ido reportando parámetros sobre el funcionamiento del mismo vía mensaje de texto al Ing. Adán Levy, participante del proyecto. El objetivo principal de la propuesta fue generar incidencia e instalar localmente la problemática del agua como un tema comunitario a discutir. El prototipo se encuentra funcionando y produciendo alrededor de 10 lts de agua potable por día. Trabajo a futuro En la última visita se detectaron nuevas problemáticas asociadas al agua que pueden ser abordadas desde la ingeniería. En este sentido, la Asociación Ingeniería sin Fronteras ha comenzado a trabajar en la zona, también con apoyo de ADIMRA. Se han relevado dos puentes que se encuentran en muy mal estado y que impiden el pasaje del camión cisterna que abastece de agua potable a cada una de las comunidades locales. La reconstrucción de estos puentes, además de permitir el acceso al agua, también posibilitaría el pasaje de maquinaria vial, ambulancias y camiones transportadores de forraje (vitales para la economía de subsistencia de la zona), reduciendo los costos de transporte y mejorando la actividad económica de la población. Otro beneficio que podría desencadenar la construcción de estos puentes, sería el enripiado de estos caminos, lo cual permitiría la circulación de transporte en época de lluvias. Asimismo, dicha reconstrucción tendría incidencia directa sobre unas 50 familias compuestas en promedio por 10 personas cada una.